miércoles, 24 de febrero de 2010

14/03/2010 CLASICA DEL PENEDES

Transcribo mensaje de nuestro Gran Capitan del Penedés:

Ya es oficial el día 14 de marzo para la clásica del Penedés.

En esta ocasión, prácticamente nada de asfalto. Se trata de un recorrido por montaña propicio para nuestros escaladores pero no excesivamente duro. NO iremos hacia el Arboç y la zona del pantano de Castellet sino hacia la las urbanizaciones de st Jaume dels Domenys y Castellví de la Marca.

La idea es disfrutar de un paisaje y un entorno q invitan a llevar una cámara de fotos. Con dos subidas importantes: el Castellot (441 m) y La Talaia (620 m) q nos obligarán (salvo q los más intrépidos os atreváis a probar suerte) a ir a pie creo q al menos en 3 tramos, aunque no será más de 200 m caminando. No por ello tenemos q pensar q va a ser una ruta muy dura porque hay mucho terreno en bajada tb. Y en general, el resto de subidas q hay se hacen bien.

En fin, una ruta q si empezamos sobre las 9h calculo q se puede concluir entre las 13h y las 14h, cosa q podríamos concretar después de una ruta de exploración q pretendo hacer este viernes. Y ya damos por supuesto q podemos concluir antes, acortarla o alargarla en función de nuestras fuerzas.

Será para mi un honor y un privilegio contar con la participación de todos vosotros. Me siento como la ciudad q organiza unos Juegos olímpicos. Aparte de q jugar en casa siempre es positivo.

Salu2




lunes, 8 de febrero de 2010

06/02/2010... Los 4 jinetes en Rubi...

Transcribo la crónica del Sr. Conor...

La mañana era fría, y bajando las escaleras de la estación de St Andreu sonó el móvil del Sr. Conor: Nuestro Capitán General Manzano se daba la autobaja por falta de horas de sueño. La cosa empeoró cuando una vez en el punto de partida, el Wok de Rubí, nuestra representación de L’Hospitalet, tampoco aparecía a la cita.


Así que quedamos 4, el organizador y promotor de la etapa, nuestro Capitán de Rubí, Sr Conor desde Navas, nuestro Director Deportivo desde Lletger y su último fichaje, la gran sorpresa, escalador nato, Rubén de Sant Feliu. Los 4 jinetes, cada uno de un sitio diferente, tócatelos, y enfundados en nuestras jacas empezamos a pedalear por el asfalto rubinense, precalentando hasta llegar al polígono de la bastida, donde una vez más, la magia del Google Earth y la maestría de nuestro Capitán nos adentró en la montaña de Sant Feliuet por un sitio recóndito, donde pronto empezaron las subidas y los molinillos. Tras un par de rampas, nuestro Director Deportivo creyó que era el momento para una galleta, y allí nos detuvimos. Con el ansia medio contenida seguimos por la pista hasta la primera parada oficial y necesaria para lo que se nos avecinaba.


Era el momento de sacar los bocatas, los plátanos, las barritas, antes de empezar el descenso hacia St Quirze, un senderito que nuestro Capitán se saco de la manga y que nos llevó hasta las tranquilas casitas del otro lado de la ladera. Con algo de barro en las llantas, empezó nuestro primer contratiempo: buscar el enlace con la carretera del Alcampo. Sólo había una opción, había que tomar las riendas, y entonces apareció el Sr Conor, que durante toda la ruta estaba en la retaguardia, y lideró al grupo por las sinuosas calles de St Quirze hasta dejarlo justo en el camino marcado.

Una vez en la carretera de Castelltort, nuestro Capitán habló: “empieza la subida”. Como 3 km de ascensión, donde Rubén dio pautas de su gran capacidad escaladora y que la inversión del club en su fichaje no había sido en vano, siguiendo la estela del gran Capitán, dejando atrás a nuestro Director Deportivo y a un rezagado Sr. Conor. Una vez arriba enlazamos con el antic camí de Sant Cugat, en tierra de nuevo, pinzando el GR173 dirección norte, donde como recompensa por la subida anterior, nos lanzamos por la mítica bajada de la fábrica de ladrillos, hasta el colegio japonés, para volver a pinzar el GR173 ahora dirección sur de subida, buscando la también grata bajada de la autopista, hasta Ca n’Oriol, por el Camí dels Alous hasta el parque nuevo, en el barrio 25 de setembre, hasta la rambla del ferrocarril donde concluimos la etapa.


Con las pilas cargadas, el ánimo al máximo y el deseo de volver a vernos pronto en ruta, cada uno nos fuimos a nuestros lugares de origen.